Lamentablemente, es un artilugio muy propio de la construcción identitaria con base a la otredad, esa especie de dialéctica de negación para definir identidades políticas. No soy lo que soy, sino no soy lo que ellos son. Fácil, esa artimaña muy liberal por cierto, de describir lo que eres negando a aquellos que no son parte de tu grupo de referencia. Quizás por eso, debe ser penado con mayor ahínco aquellos que se van, pues en palabras de G.W. Bush “Sin no estás conmigo, estás contra mí”. El anuncio realizado por el profesor Müller, obedece a lo que él enfática y muy claramente precisó: “me cansé de ver más de lo mismo”. Quizás su decisión radical, la podemos enmarcar dentro del grupo de preocupaciones que se vienen manifestando desde dentro de las reuniones de los consejos comunales, las camionetica, el metro, los monólogos de taxistas; hasta las preocupaciones de un embajador, reunión de intelectuales en el CIM, por cierto actualmente sufriendo de mengua presupuestaria –pase de factura por criticar (¿?). Creo que si de algo carece este proceso revolucionario es de tolerancia a la crítica. Es recurrente el tildar de “contrarrevolucionario” “agente de no sé qué organismo” “escuálido” “derechista endógeno” “boliburgués”, entre otros adjetivos, para querer ocultar con una palabra muchas fallas del que adolece el gobierno. Sin embargo, somos cómplices en gran medida silentes, de una casta de nuevos ricos que nacen a la sombra de arrimarse a diversos predios del gobierno, y a veces nos tenemos que colocar un pañuelo en la boca mientras pasa el hedor cuarto republicano que nos recuerda que algunas cosas no han cambiando, y efectivamente siguen siendo más de lo mismo. Al profesor Müller, lo considero un estratega político, pues no solo conoce la política desde su teoría, sino desde su práctica. Recordemos en las elecciones regionales su postura frente a la decisión de apoyar algunos candidatos como Falcón, que a la vuelta de meses, le dieron la razón a su desconfianza y aseveraron su olfato político. Contribuyó notablemente a tejer dentro de las redes del PSUV a un conjunto de actores y organizaciones que sumadas, fortalecían al proceso, y las discusiones y estrategias en torno a la campaña electoral del año pasado, fue una muestra de su capacidad política para tomar las riendas estratégicas del partido. No comparto contigo estimado Efraín, tu afirmación de “poco fructífero” en cuanto a sus aportes desde la vicepresidencia del PSUV. Sería de pensarlo, el fustigar verbal y políticamente a Müller, creo sería una doble pérdida, pues en una suerte de “comité d´ ancianité”, sus contribuciones aún pueden ayudar a orientar el proceso revolucionario. Invito a reflexionar, como en este espacio afortunadamente se realiza, sobre la salida de esta pieza clave dentro del PSUV, y el impacto que va a tener en grupos de intelectuales que aún ven en el proceso revolucionario, una esperanza para el fortalecimiento de las izquierdas continentalmente y en el mundo. Sobre todo este año, donde la dinámica electoral nos impone el reto de sumar y no restar. Gracias a Dios que tenemos la oposición bizarra que aún domina los espacios disidentes a Chávez! Esa suerte siempre tiende a cambiar, y aunque no se avizora cercana, de llegar, creo que estaríamos en graves aprietos, pues mientras algunos estarían raspando la olla presupuestaria y embolsillándose lo que quede del botín, otros estaremos asegurando trincheras de combate.