Esta pregunta quizás ha sido la más planteada y la que ha contado con la mayor cantidad de respuestas, muchas de ellas poco claras. Ello es el tema a abordar en estas líneas, tratar de explicar esta diferencia. Algunos analistas cercanos a la oposición así como muchos de sus voceros, han usado esta supuesta disparidad entre votos para intentar mostrar al gobierno como tramposo y artífice de una ley electoral que solo los favorece a ellos. Por otra parte han aducido que numéricamente es injusto que la cantidad de votos obtenidos por la oposición “a nivel nacional” no corresponda con el número de diputados electos por la oposición. Y finalmente, han intentado de dejar en claro que la ley debe ser cambiada.
Debo iniciar mis reflexiones afirmando que considero el sistema electoral como un elemento fundamental para garantizar la pluralidad y participación en las democracias modernas. Cuando asistimos a votar, tuvimos la oportunidad de elegir a diversos cargos con formulas electorales distintas. La primera de ella, y donde se concentra las mayores disparidades, fue la elección uninominal de candidatos por circunscripciones. En ellas, se proclamó vencedor aquel diputado que obtuvo la mayoría de los votos. Por otra parte, ya a nivel de los estados, elegimos un numero de diputados por “lista”, los cuales no todos, a pesar de haber votado por todos en lo que en ella estaban, fueron proclamados como diputados. Por el contrario los votos lista “se repartieron” entre las distintas opciones políticas que se presentaron a la elección del pasado 26 de septiembre.
Esa repartición se hace aplicando un coeficiente electoral conocido como D´Hont, ampliamente usado desde hace más de 30 años en Venezuela, y que le hace honor a su creador. En este método, se reparten los cargos entre quienes sacaron más y menos votos, garantizando la representación de los partidos y movimientos con fines políticos minoritarios. En esta oportunidad, debido a la alta concentración de partidos en lo que se conoció como Mesa de la Unidad, no se puede hablar de minorías, pues todos los partidos que frente al PSUV son minorías se unieron para ir a las elecciones. Solo pocos de ellos participaron separados. Por otra parte, elegimos de manera “nacional” a un conjunto de diputados al Parlamento Latinoamericano, dentro de lo que se cuenta la representación indígena. Nacional, pues todos los ciudadanos, incluso aquellos que ejercieron su voto en otros países, elegimos a los 12 Diputados.
Ahora analicemos los resultados obtenidos en estas elecciones. A nivel de las circunscripciones, sólo podemos analizar los resultados dentro de las 87 que se constituyeron en estas elecciones, donde el PSUV obtuvo el triunfo en 56 de las 87, obteniendo 71 diputados, de los 110 que se iban a elegir por circunscripciones, mientras que la MUD obtuvo 38 y el PPT 1. Ahora, a nivel de la lista, que recordemos es por estado, la MUD obtuvo 26, el PSUV-PCV 25 y el PPT 1. Por parte de los diputados que representan a las comunidades indígenas, dos quedaron electos por el apoyo del PSUV y 1 por el apoyo de la MUD. Los totales fueron los siguientes: 98 diputados del PSUV, 65 de la MUD y dos del PPT.
Efectivamente, como argumenta la oposición, si la ley electoral anterior estuviese vigente, otros resultados fuesen los obtenidos. Ya algunos analistas como Eugenio Martínez del diario El Universal lo ha demostrado así (Diario El Universal, 28/09/10). Pero bajo esa ley se disputaron estas elecciones y si bien a nivel nacional el PSUV resultó favorecido, a nivel regional, específicamente en los Estados Zulia y Anzoátegui, le favoreció a la oposición, pues en el primero de los casos el PSUV obtuvo 45% de los votos y 3 disputados, mientras que la MUD obtuvo el 55% y obtuvo 12 diputados. En el segundo caso fue similar, pero la relación fue de 1 diputado para el PSUV y 7 para la MUD. La diferencia fue notoriamente superior. Si bien la ley debe ser evaluada, los que decidieron participar en las elecciones bajo las mismas reglas de juego, deben aceptar también los resultados, sin luego cuestionar las reglas. Obvio, si las reglas fuesen las de antes, en el fútbol no se definieran finales con penaltis ni hubiera la posición adelantada, pero son las reglas y se cumplen por quienes deciden participar en el juego, y fundamentalmente en el electoral.
Por ello, no es necesariamente vinculante el número de votos con el de el número de diputados, si el análisis es nacional. ¿Por qué? pues las circunscripciones no tienen la misma población, y justo en aquellas donde tienen más electores, es donde el PSUV obtuvo minoría electoral. Estas poblaciones se ubican en la región norte costera, donde por el patrón de poblamiento que ha caracterizado los asentamientos humanos en Venezuela, hay una alta concentración de habitantes, por ende de población electoral. Mientras que en en el resto de los Estados, el apoyo es mayoritario, y poseen menos población electoral. A pesar de ello, la distribución de las circunscripciones y el número de diputados a elegir por lista, permitió que con menos cantidad de votos, un número importante de diputados fuesen electos, pues el triunfo en una circunscripción se obtiene por mayoría de votos.
Sin embargo, ello no implica que el sistema electoral este absolutamente pervertido. Creo que a pesar de existir Estados con menos cantidad de población, no por ello deben tener menos posibilidades de tener mayor cantidad de representantes en la Asamblea Nacional, pues ahí es donde es necesario que haya una mayor atención de las instituciones públicas (por cierto que los resultados obtenidos en estos estados, demuestra que ha sido así) así como una mayor participación y voz en una instancia tan importante para las democracias como lo son los parlamentos. Por ello, es fundamental que no solo la variable poblacional sea la tomada en consideración para diseñar sistemas y procesos electorales.
Veamos el resultado a nivel del Parlatino, y constatemos que la proporcionalidad es absolutamente distinta. El PSUV obtuvo 5.268.939 votos (46,71%), la MUD 5.077.043 votos (45,01%), el PPT 317.888 votos (2,81%), y los otros partidos minoritarios –no por ello de oposición o favorables al PSUV, habría para determinarlo con la opinión de cada uno de ellos- un total de 613.893 votos (5,36%). Los diputados electos fueron distribuidos de la siguiente manera: 5 MUD, 6 PSUV y 1 CONIVE, que considerando que el CONIVE es una agrupación simpatizante con el PSUV y aparte de ello le dieron su respaldo electoral, se suma el diputado indígena a los obtenidos por el PSUV, o sea 7. Estos resultados, fueron absolutamente proporcionales con la cantidad de votos, pero eliminó la posibilidad de votar por nombre y apellido por los candidatos, pues lo que elegimos fue una lista, y los electos no fueron todos los de lista que contó con la mayoría de los votos, sino que se distribuyó usando el mismo método D´Hont, mencionado anteriormente.
Ahora bien, luego de ver estos resultados, podemos comentar lo siguiente:
1. ¿Si la ley anterior le daba mayor seguridad a la oposición, porqué se retiró del proceso electoral de 2005, donde con esta ley se elegirían los diputados a la Asamblea Nacional?
2. ¿Por qué la oposición suma los votos obtenidos por los partidos minoritarios a sus votos para mostrarse al país como si obtuviese una mayoría, cuando realmente no la tiene?
3. ¿Por qué cuestionan la Ley actual y celebran como una “victoria contundente” los resultados obtenidos en Zulia y Anzoátegui, cuando esa mayoría no es tal, sino que se vieron beneficiados con la misma Ley que ahora critican, pues no les favoreció en el resto de los Estados?
Estas preguntas, espero que los ayude a encontrar respuestas felices. Y estimar que esta realidad puede significar que las elecciones presidenciales van a ser ahora ganadas por la oposición es realmente una falsa percepción propia de análisis ingenuos. Recordemos que hay un grupo importante de electores flotantes, que pudiesen encontrarse en ese sector de no alineados, los cuales dependiendo del tipo de votación, el desempeño de las instituciones, lo que se “juega” en las elecciones, y el impacto de las campañas electorales, vota a favor o en contra del PSUV o de los partidos de oposición. Y eso quedo demostrado en el 2007 y el 2009, pues mientras que en el 2007 la reforma constitucional fue desaprobada con una diferencia de 1,41 puntos porcentuales, en las elecciones de la enmienda constitucional de 2009 se aprobó con 10 puntos a favor. Quedan varias elecciones importantes a definir antes del 2012, y resultados por conocer. Todo puede cambiar a favor o en contra de uno sector u otro, y ello va a depender de múltiples variables. Estemos atentos a los hechos.