Hace una semana escribí un artículo dónde me preguntaba las razones por las cuales Henry Ramos le ponía el dedo en la llaga al tema del 11 de abril de 2002, declarando que desde hacía una semana se conocía la existencia del decreto que disolvía los poderes públicos legitima y legalmente constituidos en Venezuela. Deja en claro que se había planificado con anticipación y premeditación el intento de golpe de Estado. Igualmente, analizaba lo curioso que fue el hecho de haber salido Julio Borges declarando para aclarar que ni él ni “su partido”, estaban enterados del decreto, a expensas de haber sido nombrado Leopoldo Martínez como Ministro de Finanzas, y haber firmado el mencionado decreto Leopoldo López, ambos militantes de Primero Justicia.
Luego de analizar lo que sucede en los partidos de oposición de cara a sus elecciones primarias, hay algunos elementos claves que permiten prospectar de cara al 2012. Uno de ellos, y a mí entender el más importante, es la confrontación Capriles Radonski - Ramos Allup. Considero que las declaraciones de Henry Ramos sobre los hechos del 11 de abril, responden a una estrategia política diseñada con el objeto de afectar las bases que apoyan a Capriles como posible candidato presidencial de la oposición, así como la incidencia en la elección de los candidatos a gobernaciones y alcaldías. Sin embargo Capriles Radosnki no es el único blanco de Henry Ramos, pues también hay que considerar a Leopoldo López, acusado de divisionista de la Unidad opositora. Este conflicto no es novedoso, y tiene algunos antecedentes importantes.
En unas declaraciones dadas por Ramos en medio de la campaña electoral de cara a las parlamentarias de 2010, se refería a la conducta de Capriles y a López como de “majaderas, tercas y ventajistas, por criticar la lista de los candidatos por consenso presentados por la Mesa de la Unidad Democrática”. También acusaba a Capriles de utilizar el cargo público para influir en las decisiones políticas en la elección de los candidatos a diputados en el proceso pasado.
De todas formas, no son ajenas a lo cotidiano las acusaciones contra Capriles, pues recientemente celebró los 11 años de Primero Justicia con los recursos del Estado Bolivariano de Miranda en una sesión extraordinaria del Consejo Legislativo, en un claro uso indebido de los recursos públicos. Igualmente no extrañan de la conducta de Leopoldo López, a quien se le impuso una sanción administrativa por malversar fondos públicos del Municipio Chacao. Lo que sí es relevante es que venga de otro miembro de la mesa supuestamente unitaria de la oposición.
El “narciso que cree que el mundo gravita alrededor de él”, tal como denominó Ramos a Capriles, quien por cierto se ubica en las preferencias opositoras como candidato presidencial por la unidad, participó de forma directa las agresiones a la Embajada de Cuba en Venezuela, incitando a los grupos violentos a tomar por los medios que fuera necesario las instalaciones diplomáticas. Ello motivado, a que el ex-alcalde de Baruta no estaba seguro de si se estaba escondiendo en la embajada a Diosdado Cabello, quien para el momento era el Vicepresidente de la República.
Por otra parte, recordemos que Leopoldo López, demócrata defensor de sus libertades, no sólo firmó el decreto donde se disolvían todos los poderes públicos, en un vil ataque en contra de la democracia venezolana, sino que vulneró los derechos humanos de Ramón Rodríguez Chacín y de Tarek William Saab al sacarlos de forma brutal de sus residencias, y apresarlos de forma ilegal. Y esto, con la complicidad de Mónica Fernández (Foro Penal Venezolano), ex-jueza de la República, quien emitió 300 autos de detención en contra de funcionarios de gobierno, por la sola razón de ser militantes del extinto MVR.
Pero hay otras dimensiones opositoras, donde el conflicto político ha quedado en evidencia, y es el tema de las reglas de juego de las elecciones primarias. Henry Ramos, es defensor de la tesis que se efectúen a principios de 2012, conjuntas, sin la posibilidad de postularse a varios cargos, mientras que Capriles propone que se realicen separadas y este año. Obviamente, la separación de las elecciones primarias le daría la oportunidad a Capriles de no perder el “chivo y el mecate”, pues de no ganar la candidatura presidencial, le quedaría la posibilidad de llevarse el premio de consolación, que no es otro que poder ser reelecto en Miranda como gobernador. De hacerse bajo lo propuesto por Henry Ramos, no tendría la posibilidad de postularse para candidato a gobernador y presidente, oponiéndose a "proteger las agallas de 2 o 3 gobernadores que quieren dejar abierta la puerta de atrás".
Este conflicto de posiciones e intereses, deja en evidencia que tal unidad solo es real a nivel de un discurso dirigido a incautos e ingenuos, así como el hecho de existir la posibilidad que haya más de un candidato opositor, para más de un cargo a elegir en las elecciones venideras. Según los cálculos realizados por la diputada María Corina, quedan 622 días para saber qué sucederá.