Estuve revisando el Informe Central al VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), ofrecido por Raúl Castro, el cual ofrece una visión autocrítica muy interesante del proceso político que se vive en Cuba. Aparte de las lecturas y reflexiones ofrecidas por algunos analistas y políticos latinoamericanos sobre el informe del congreso del PCC, me generó mucho interés dos variables presente en casi todo el documento revisado: la eficiencia y la planificación efectiva. Creo que son los dos grandes temas que deben ser objeto de estudio en nuestro país.

El tema de la eficiencia es una variable cuya preocupación e interés es heredado de la transferencia de conceptos y procesos de la gerencia privada a la gestión de lo público, y su consolidación en lo que conocemos como gerencia pública (public management). Singularmente, ha formado parte de las preocupaciones que el gobierno de Cuba ha tenido en la gestión de los asuntos públicos, los cuales han sido obligados a ser eficientes en el manejo de los recursos públicos, por ende el desempeño de las instituciones públicas, sobre todo por el criminal bloqueo económico al cual han sido sometido desde hace más de 50 años.

Por otra parte, está la lucha contra la improvisación a través del uso efectivo de la planificación. Si algo se comprendió en Cuba, es que si el Estado debía ser el centro del modelo de desarrollo, no se podía olvidar la variable institucional. Era la prioridad el diseño de instituciones eficientes y la capacitación de funcionarios que estuvieran al frente. De mi corta experiencia y modesto conocimiento sobre la Administración Pública de Cuba, su preocupación por fortalecer el aparato administrativo es envidiable por muchos países latinoamericanos, estando a la altura de administraciones públicas europeas, con larga tradición en la materia. Las claves han sido la solidez ideológica lo que permite una visión estratégica del proyecto de país (o en términos de Varsavsky el proyecto nacional) y la preparación permanente del funcionariado público para la consolidación de los objetivos estratégicos.

A diferencia, Venezuela es de los muy pocos países del continente que no tienen una institución que se encargue del adiestramiento y formación de funcionarios de gobierno o un plan de capacitación mínima y común para todos las instituciones públicas. Se sabe de la existencia de algunas instituciones que se dedican a la formación de funcionarios públicos, y de la eliminación de otras, me refiero a la Fundación Escuela Venezolana de Planificación, la Fundación Escuela de Gerencia Social (FEGS), y la Escuela Nacional de Administración y Hacienda Pública (ENAHP-IUT) principalmente, así como la eliminación del Sistema Nacional de Adiestramiento. Sin embargo, la formación es segmentada en áreas muy específicas, propias de la naturaleza de cada una de las instituciones. En la FEGS se forman gerentes sociales, en la FEVP planificadores, en el COFAE a contralores y auditores, y en la ENAHP-IUT en las áreas de ciencias fiscales. En la ya inexistente SNA se formaban a funcionarios en áreas de mejoramiento profesional, y su eliminación no ha dado cabida a una nueva estrategia o institución que supla sus funciones.

Lo cierto es que no existe una Escuela de Gobierno, donde se adiestre y se forme a los servidores nuevos y ya existentes de la administración pública, bajo una visión distinta fundada en el marco jurídico vigente que orienta la acción pública, así como los planes de desarrollo económico y social del país. En su ausencia, se siguen contratando por parte de la Administración Pública nacional, regional, estadal y local a empresas privadas, que por su naturaleza se ciñen a aspectos de orden instrumental. Llama la atención, la cantidad de funcionarios públicos de alto nivel que siguen acudiendo a las aulas de IESA a formarse en programas como el PAG, cursos cortos e incluso hasta los postgrados, que están muy lejos de reproducir los valores que tanto se ha reafirmado en el nuevo modelo de gestión de lo público.

Tal como lo afirmara Oscar Varsavsky en junio de 1968 en un discurso dado en la Universidad Central de Venezuela: "(…) acaba de inaugurarse el Instituto de Enseñanza Superior de Administración IESA, fundado por empresas privadas –la Creole y otras- con el auxilio técnico de cinco universidades norteamericanas y apoyo financiero de la Ford, para impartir una enseñanza moderna y eficiente, con las últimas técnicas de management (…) Este instituto competirá ventajosamente con otro análogo que tiene el Gobierno, a pesar de que en el futuro, los cargos de responsabilidad en la administración pública y privada serán ocupados por graduados del IESA, muy eficientes, pero con una mentalidad formada según los valores y hábitos norteamericanos".

No tengo nada en contra del IESA y sus profesores, pues la formación que ofrecen es de alto nivel para quienes quieren hacer carrera en el sector privado. Pero no considero que sea el centro idóneo para que nuestros funcionarios asistan a formarse, pues su visión dista profundamente del servidor público que requiere el Estado Venezolano. Frente a ello, no existe una contra parte para quienes quieran formarse para desempeñarse en funciones de gobierno. Inclusive, ni siquiera hay directrices o esfuerzos importantes en ese sentido por parte del MPPPF desde hace algunos años, adeudando al Estado y al Gobierno el Plan Nacional de Desarrollo Institucional, un plan que es fundamental para la modernización de una Administración Pública que con salvadas experiencias debe ser reformada para hacerla más dinámica y funcional. Y ello tomando en consideración que según lo expresado por Elías Eljuri hay 2.2 millones de funcionarios públicos, o sea un millón más que hace 10 años, y que se entiende como consecuencia de la extraordinaria expansión del gobierno en sectores donde no participaba desde hacía el mismo período de tiempo.

A pesar de ser un tema fundamental para que exista una burocracia eficiente y dinámica que responda a las exigencias del desarrollo de una nueva Administración Pública, tal como se establece en las Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social 2007-2013, en lo que respecta a la directriz "Nueva Ética Socialista", y siendo competencia del Ministerio del Poder Popular para la Planificación y Finanzas, como quedó establecido en los numerales 11, 12 y 13 del artículo 2 del decreto que lo crea por la fusión de los Ministerios del Poder Popular para la Planificación y el Desarrollo y el de Finanzas; el tema del fortalecimiento institucional ha sido postergado y relegado. ¿Cómo, si el Estado en el modelo venezolano cobra mayor presencia dentro del modelo de desarrollo, va a responder a las exigencias con una burocracia mal preparada e instituciones ineficientes? No se puede seguir postergando el interés y la importancia hacia la variable institucional, sobretodo los aspectos referidos a la formación del funcionario público. Hay que revisar los procesos que viven las administraciones públicas de países tan disímiles como Cuba, Colombia, República Dominicana, Argentina, y nos encontraremos con lugares comunes que siempre nos remitirán a la variable institucional. Sobre ello seguiré reflexionando y compartiendo con ustedes a través de mi cuenta twitter @farith15 y mi blog www.farithfraija.blogspot.com. Gracias por sus comentarios.