Luego de conocer la decisión tomada por la Mesa de la Unidad con respecto a la creación de la tarjeta unitaria, quedó evidenciada la distancia de los que dirigen la oposición en Venezuela y los opositores de base. ¿Es relevante para el opositor que los líderes de los partidos que conforman la MUD se detengan en discutir si mantienen o no sus parcelas, o por el contrario se presenta una sola tarjeta? De considerarlo importante, ¿A quién y entre quiénes se decidió la conveniencia o no de las propuestas presentadas? ¿Se le propuso a los electores de oposición discutir u opinar al respecto? ¿Y la variable calendario electoral?



La tarjeta unitaria… ¿y?

Las opiniones que leí al respecto, provinieron de los pocos opinadores que pretendieron explicar los aspectos tecnicistas en que se subsume la oposición para decidir entre una tarjeta única u otro tipo de instrumentos electorales para presentarse a las elecciones de 2012. A pesar de la diversidad de argumentos y elementos procedimentales, lo que quedó muy en claro es que unas posturas favorecían a aquellos que pretenden conservar su carácter no unitario pero aprovecharse del espacio de la Unidad para obtener el máximo beneficio posible, que no pudiera conseguirlo de actuar como un partido opositor individual; y otros quienes querían aprovechar la tarjeta única para seguir ejerciendo el poder por capacidad de liderazgo, y no por apoyo electoral.

Finalmente la decisión adoptada fue anunciada el 30 de julio: dado que no hubo acuerdo para una tarjeta única, entonces la MUD decidió presentar su propia tarjeta, con la esperanza que: 1. los otros partidos la apoyen, 2. aquellos electores que no poseen simpatía electoral por los partidos opositores pero quieren votar en Contra de Chávez tengan una alternativa, 3. No comprometer la “identidad de partido” de quienes conforman la MUD. Pero lo que no se contó como las bondades de esta decisión, es que también se deja abierta la posibilidad que la Unidad presente un candidato y los partidos opositores otros, en caso de no haber mayores acuerdos luego de conocerse los resultados de las elecciones primarias, o de cambiar las condiciones del entorno político de cara a 2012.

Pero el elector que observa el desarrollo de las guerras intestinas de los líderes opositores, sigue siendo un simple expectante de lo que deciden aquellos que pretenden ponerse de acuerdo para liderarlo. El rol del opositor de a pie, pues es ese: contemplar. Luego, tal foca: aplaudir en señal de aceptación, reconocimiento y beneplácito. Y luego tal cuarto republicano: votar. Esa es la democracia que tanto defienden, y promueven desde la oposición, la democracia delegativa en donde los ciudadanos simplemente delegan en sus “representantes” (quisiera saber quien eligió a la directiva de la MUD) la capacidad de decidir.

La variable calendario electoral.

Por otra parte, las decisiones adoptadas, también incluyen la exclusividad del uso de la tarjeta unitaria para las elecciones presidenciales. Ello, le da un valor prioritario al único factor que une a la oposición: Salir de Chávez. Pero también le resta importancia a la “unidad” para las elecciones regionales y locales. Por ello me pregunto, ¿Qué sucedería si el CNE decide que las elecciones regionales y locales precederán a las presidenciales?

Hay algunas evidencias que me permiten aseverar que el tema de las primarias a los niveles estadales y municipales está generando un alto nivel de conflictividad en el seno de la oposición. Incluso, luego de las confidencias sobre algunos acuerdos de no celebrarlas, y los procesos de negociación que se han desarrollado para evitarlas en algunos municipios y entidades federales, dejan en claro la alta dispersión que existe en estos niveles en torno al tema de las elecciones primarias, y obviamente a la posibilidad de presentar candidatos unitarios.

Considero que de preceder las elecciones estadales y municipales, las luchas internas para la decisión de los candidatos opositores a los diversos cargos a elegir (gobernadores, alcaldes, concejales y diputados legislativos), profundizaría los conflictos internos por las apetencias individuales de los partidos que conforman la MUD, y ello generaría un desgaste profundo de los pocos acuerdos alcanzados a nivel de las presidenciales.

Muchos aspectos en torno a las elecciones de 2012 quedan aún por definirse, y algunas decisiones que se han tomado de forma desmesurada, pueden generar escenarios no previstos. Pero lo que es cierto es que la pugna entre oposición y gobierno no ha trascendido de lo meramente electoral. ¿Qué programa de gobierno alternativo proponen los opositores? Es una pregunta que aún espera por respuesta.