El tema de las invasiones, debe ser leído desde el contexto político coyuntural en el cual nos encontramos. No puede ser analizado como casualidad, el hecho que en las entidades federales donde se han presentado esos casos, sean justamente aquellas donde la oposición controla gobernaciones o alcaldías.

Una lectura rápida nos puede hacer caer en la tentación de creer que aquellos gobernadores y alcaldes en cuyos territorios se han producido situaciones de invasión, han sido “víctimas” de la ineficiencia del gobierno en materia de vivienda, e incluso de una acción encubierta por parte del gobierno nacional para aupar a los “invasores” a generar todo el caos que tanta cobertura en los medios han recibido. Pero si efectivamente hay una intencionalidad política, ¿A quién se pretende perjudicar?

En el oficio de diseñar estrategias, hay al menos cuatro grandes combinaciones que provienen del análisis de las condiciones internas y externas de un competidor. Una de ellas es la estrategia ofensiva, que suele comprender el ataque a los puntos fuertes y débiles del adversario. La política de vivienda del gobierno de Chávez desarrollada desde el año pasado, ha pretendido ser una de sus acciones bandera de cara a las elecciones presidenciales 2012, con viras a resolver de forma progresiva el déficit habitacional que ha existido estructuralmente en nuestro país. Y es menester apuntar que un gobierno que pretende relegirse, debe mostrar acciones cumplidas y expectativas satisfechas. El tema de la vivienda es uno de esos puntos fuertes desde donde se ha querido apalancar la imagen de eficiencia, y es por ello que se crea la Gran Misión Vivienda Venezuela, que ha generado un alta expectativa en la población venezolana.

Hacer visible acciones que comprenden la afectación de la propiedad privada y la denuncia de la ineficiencia del gobierno en resolver los problemas asociados a la vivienda, trata de matar a dos pájaros de un solo tiro. Por un lado ataca el punto fuerte del gobierno, y al mismo tiempo insiste en la recurrente estrategia de la oposición de acusar al gobierno de violentar la propiedad privada, logrando posicionar el tema en la agenda pública nacional. Incluso, hay algunas voces opositoras que tratan de endosarle como intensión del gobierno nacional el deseo de intervenir las policías estadales y municipales, para aprovechar el aventón estratégico y sumarle un elemento más.

Este tipo de estrategias, ya han sido desarrolladas en otras ocasiones por la oposición. Sin embargo en ésta oportunidad, se intenta prender el polvorín en un sector altamente sensible, que ha manifestado ansiedad y desesperación por el vencimiento de plazos para obtener soluciones a sus problemas.

Veremos en los meses posteriores situaciones similares que traten de desarrollar problemas claves que busquen posicionarse mediáticamente. La agenda pública será un terreno de alta confrontación entre gobierno y oposición, tratando de controlar temas que permitan dirigir la atención hacia los logros o las fallas de la gestión de lo público.