El espacio desde donde los decisores en materia de políticas públicas pueden ser más efectivos, es desde las alcaldías. Tienen la posibilidad de estar más cerca de las necesidades de los ciudadanos, atender lo que en lo cotidiano puede garantizar una mayor calidad de vida, y sobre todo desarrollar estilos de gestión de lo público, con un mayor y rápido impacto.

Por otra parte, las alcaldías hoy día son ventanas de gestión que permiten la proyección de los liderazgos a niveles superiores. Desde 1993 hemos visto a ex alcaldes, aspirar a cargos superiores, incluso a ser presidentes de la República, como lo fue el caso de Irene Sáez y Leopoldo López.

Sin embargo y pese a la plataforma política que implica ser alcalde, muchos han convertido su ejercicio en un mero negocio, mercantilizando la política y utilizando su plataforma para hacerse de los dineros públicos de forma criminal. Lo más culmen de este asunto, es que la calidad de nuestras calles y aceras, la gestión de las aguas negras, la recolección de desechos sólidos, la seguridad ciudadana, las actividades culturales y deportivas, la movilidad urbana, desmejoran sustancialmente. Si de algo estoy seguro, es que en la política debe emerger una forma distinta de hacer las cosas.

Un gobierno local que realmente atienda nuestras necesidades más básicas para una sana convivencia ciudadana y una mayor calidad de vida, sólo es posible bajo esquemas distintos de hacer política. Y esto va más allá de si se es socialista o capitalista, si se apoya a tal o a cual candidato a la Presidencia de la República, si se viste de rojo, de blanco, de verde o de amarillo. Se trata de ejercer la política bajo parámetros orientados hacia una gestión moderna y capaz de resolver los problemas satisfaciendo las expectativas de los ciudadanos del municipio que gobierna.

Haciendo un ejercicio de idealización positiva, quisiera compartir con ustedes lo que considero deberían ser los 7 principales atributos de una gestión municipal de calidad. Este compromiso gira en torno a tres ejes fundamentales: participación ciudadana, transparencia y uso eficiente de los recursos.

1. Transparencia. Es el aspecto más importante, pues de ello depende todo lo sucesivo. Es rescatar la confianza de los ciudadanos en el desarrollo de una nueva forma de hacer política. Se debe fortalecer la contraloría social y la participación ciudadana en los procesos de contratación y licitación de obras públicas. Por ejemplo, se debe aplicar fórmulas mixtas para los procesos de licitación, supervisión y finiquito de las obras, donde los habitantes de la comunidad, avalen el desarrollo de las mismas.



2. Rendición de Cuentas. El cumplimiento del artículo 66 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, debe ser un compromiso ineludible. La rendición de cuentas públicas, debe realizarse en un acto abierto a todos los ciudadanos de la municipalidad (no en un lugar cerrado para hacerlo lo más discreto posible). Se debe centrar el informe de gestión en los aspectos planificados comparados con los cumplidos, apartándome de discursos llenos de gamelote y paja, donde suele ocultarse la poca efectividad, eficiencia y eficacia de la gestión. Es un principio básico de la democracia: a mayor información en manos del ciudadano, mayor participación en los asuntos públicos.



3. Presupuesto participativo: uno de los elementos centrales de una gestión transparente y que incluya al ciudadano organizado, es la decisión conjunta de hacia dónde van las inversiones locales. Desde las municipalidades, se brinda la oportunidad de desarrollar presupuestos y planes con el concurso de los consejos comunales, donde el propio ciudadano a través del uso de métodos de planificación efectivos sea quien decida en dónde invertir los recursos de la municipalidad. Como reza inmortalizada del Gallego Antonio Soto: “Prefiero equivocarme con el pueblo, que tener razón sin él”. 



4. Seguridad Ciudadana. Uno de los problemas que más afectan a los venezolanos es la inseguridad. Su combate decidido y el concurso de fuerzas policiales probas y dirigidas por funcionarios capaces, sería parte sustancial de un compromiso ciudadano. No se puede justificar la permanencia al frente de cuerpos policiales de funcionarios con “debilidades por lo ajeno” o sencillamente incapaces de controlar el ejercicio de una policía municipal. Debe ser el eje central de cualquier gestión en municipio venezolano alguno.



5. Combate al nepotismo. Un alcalde no debe asumir la alcaldía como una hacienda de su propiedad. Debe cohibirse de ingresar familiares con primer (padres, hijo y cónyuge) y segundo (abuelos, hermanos y nietos) grado de consanguinidad. Ello siempre redunda en mayores niveles de corrupción y en la inclusión de personas que no tienen capacidad de ejercer cargo alguno, pero que se soportan exclusivamente en la relación filial.



6. Equipo gerencial eficiente. Parto del principio, que una gestión eficiente debe contar con funcionarios públicos capaces. Para ello, el desarrollo de políticas de gestión del talento humano son esenciales, con políticas salariales claras y justas. No se debe hacer uso perverso de las prestaciones sociales de los trabajadores, y mucho menos con beneficios que garanticen su alimentación, transporte o educación. Una medida que propongo en ese sentido, es someter a concurso público un número significativo de cargos de alto nivel gerencial, cuyo requisito principal fuese el que habite en el municipio. Con ello se estaría garantizando un mayor arraigo y el desarrollo de dinámicas transparentes y objetivas de ingreso a personas con alto nivel de formación y experiencia.



7. Desarrollo de la E-democracia. Se tiene que asumir el compromiso de desarrollar el uso de tecnologías de la información y comunicación (TIC´s), para acercar aún más la gestión al ciudadano. El pago de impuestos, el acceso a la información, la transparencia de la gestión, las ventanas únicas de servicio, la gestión de obras, pueden ser servicios sensibles a dinamizarse a través de páginas web. En una alcaldía del siglo XXI, no se justifica que una gestión no potencie el uso de herramientas tecnológicas para el beneficio del ciudadano.





Los anteriores aspectos deben ser una Carta de Compromiso para todo aquel que desee ocupar el cargo de Alcalde. De todos nosotros depende que la política sea sustancialmente proba, y se convierta en una noble actividad, de la cual dependa la calidad de vida de todos los ciudadanos. Es su voto quien decide, no otra cosa.