Hoy se cumplen 14 años de aquel histórico 6 de diciembre de 1998, que dividió la historia política venezolana en dos: antes y después de Chávez. La victoria popular del Comandante Presidente, que era para el momento la cabeza visible de la izquierda venezolana, estuvo respaldada de 3.7 millones de votantes -la segunda votación histórica mas importante de la era democrática venezolana, superada por el mismo Chávez en 2006- que le dijeron basta a una democracia de partidos, sin espacio para el desarrollo del poder popular, donde se excluía a las grandes mayorías de la sociedad venezolana. 

Han sido 14 años de maduración de un pueblo que decidió asaltar el poder democráticamente, luego de intentos fallidos de irrupción militar, y luego de engaños de los actores de la política que aún siguen intentando frenar la avalancha revolucionaria de transformación radical de nuestra realidad. 

El presidente Chávez prometió como principal oferta electoral una nueva constitución, la cual un año después era presentada al país. En este nuevo proyecto nacional se obligaba constitucionalmente a garantizar soberanía nacional, justicia e inclusión social, democracia participativa y protagónica, y transformación del Estado. En cuanto a lo primero, hemos avanzado significativamente. En 1998 la mitad del país era pobre. Luego de la usura sistemática de la banca internacional respaldada por el FMI y el BM, apoyada por la clase política vende patria, eunuca y entreguista que gobernaba el país, Venezuela se fue a la quiebra. La salida a la crisis fue el desmontaje de estado de bienestar, causando males que aún aquejan a los venezolanos. 

En 14 años se ha reducido la pobreza a 27%, que ha pesar de seguir estando alta, ha significado la incorporación al disfrute de sus plenos derechos como ciudadanos a millones de venezolanos. Los niveles de desempleo son de un dígito, y la gente ahora come más, con mejores niveles de resiliencia, dejando atrás los vergonzosos episodios de niños alimentados con comida para animales. las misiones han incorporado al goce de las políticas de salud, vivienda, educación, cultura, recreación a nuestros sectores populares y clase media, que han mejorado su calidad de vida gracias a insertar barrio adentro a las misiones sociales. Los contrastes con gobiernos de corte neoliberal son radicales. Como un simple ejemplo, vea la situación de los damnificados por desastres naturales en Colombia con los de nuestro país. 

En cuanto a la democracia, hoy la organización popular legisla, ejecuta proyectos y paulatinamente se autogobierna. Eso ha incrementado la re politización de la sociedad, potenciado por una política comunicacional de contacto directo, extenso y permanente del presidente y el gabinete ejecutivo con el pueblo venezolano. 

En cuanto a la transformación del estado, hemos pasado a estructuras en algunos casos más eficientes, pero siguen siendo una necesidad perentoria retomar con un valor estratégico la variable institucional. Si en algo hay deudas aún, es en la superación y transformación del modelo de estado liberal burgués, en un modelo de estado popular y comunal. Cambiaron los actores, y ahora falta cambiar las institucionales para darle espacio a la participación organizada del pueblo. 

Hace falta mucho, revisar y replantear aspectos asociados a la transparencia, el combate sin cuartel a la corrupción, reducir la inseguridad y la anomia social, mayores niveles de eficiencia, el desarrollo de un sistema productivo competitivo, tolerar la crítica y la contraloría, y la transformación radical del Estado. 

Van 14 años, y tenemos toda una historia por delante. Se han cometido errores y omisiones, pero han sido más trascendentes y de mayor impacto los aciertos y atinos. Por eso 6 años más y los venideros construyendo revolución. Sigamos empuñando el lápiz con que estamos escribiendo nuestra historia, la historia que ha ganado el pueblo venezolano, la historia de los vencedores.

                                             Editorial 06 de diciembre de 2012 en "Cara o Sello" por Canal i