Hace unas semanas se había proyectado que el tema de la salud del presidente Chávez y el tratamiento novedoso que se aplicaría en Cuba, iba a incidir en las elecciones regionales. Algunos que sostienen esa matiz de opinión, señalaban que pudiese ser una treta del presidente Chávez para echarle una ayudadita a algunos candidatos a gobernador con supuestas bajas probabilidades de ganar, y que una repentina llegada a tales estados incidiría en los resultados posteriores del 16 de diciembre. 

Durante los meses de agosto de 2011 y posteriormente a los meses de marzo de 2012, se hacían públicas opiniones de diversos líderes opositores sobre un supuesto engaño del presidente Chávez con respecto a su enfermedad, mientras otros anunciaban su irreversible muerte en corto tiempo. hay quienes incluso, en el más vil y grosero acto de irresponsabilidad, comentaron que cómo era posible que alguien con cáncer no se le hubiera caído el cabello de forma inmediata, o que cómo era posible que teniendo cáncer el presidente estuviera en pie, al frente de sus funciones como presidente. 

Ahora resulta, que en uno de los programas donde se hacían este tipo de actos de barbarie inclemente, su conductor anunció que padece de una enfermedad similar desde hace meses, y que a pesar de ello, contando que ha sido sometido a quimioterapia y radioterapia, ni se le ha caído el cabello, ni mucho menos ha dejado de hacer sus actividades rutinarias, que comprende asumir un rol de alto estrés y dinamismo como lo es el rol de comunicador social. 

Este comentario lo hago como un llamado a la reflexión. N es justo para la sociedad venezolana, ni para las familias que tienen miembros con enfermedades similares, seguir haciéndose eco de tales atrocidades. No debemos colocar por encima de la comprensión del dolor familiar, y el padecimiento personal de una enfermedad como lo es el cáncer, una enfermedad mayor que corroe el espíritu de muchos venezolanos: la intolerancia política. No me refiero de la intolerancia de ciertos y determinados colores políticos, sino a la intolerancia política. 

Hago votos por la pronta invensión de medicamentos y tratamientos para la cura absoluta del cáncer. Al mismo tiempo, les hago un llamado a ustedes, queridos amigos, a que no comprendamos las diferencias políticas como una diferencia humana. No reproduzcamos los falsos proverbios y prácticas que nos han divididos. Asumamos las diferencias, y confrontemos las ideas, pero no olvidemos jamás que a pesar de ellas seguimos todos siendo venezolanos.

Editorial 04 de diciembre de 2012 en "Cara o Sello" por Canal i