Ya se ha hecho una práctica rutinaria de la derecha grosera, tendenciosa e irrespetuosa de nuestro continente, dirigirse al gobierno de nuestro país y al pueblo que lo eligió como les provoca. Ahora resulta que no sólo políticos, sino actores, cantantes, líderes religiosos y cuan rabioso intolerante le provoque despotricar de nuestro país.
Recientemente en la sesión ordinaria de la OEA, un embajador por iniciativa propia dijo cuanta estupidez le provocó, declarando posteriormente mucha satisfacción por lo dicho, lo que por cierto le costó el cargo. Por su parte, un músico puertoriqueño, colonia de los Estados Unidos, se expresa de forma vulgar, denigrante y abusiva sobre nuestra democracia, el Presidente Hugo Chávez y el Vicepresidente Nicolás Maduro.
Ya basta. Debemos como sociedad repudiar y reaccionar frente a la campaña negativa sobre nuestro país, y hacer comprender a esos venezolanos que se convierten a veces en cajas de resonancia, otras en generadores de distorsionadas imágenes nacionales, que esas actitudes perversas nos están dañando como sociedad. No se trata de la Venezuela de un partido o de un líder o de disputas entre quienes pretenden gobernar y quienes no dejan gobernar o se oponen al ejercicio democrático del gobierno. Se trata del país donde nacimos, crecimos, nos enamoramos, vivimos, sufrimos, pretendemos morir, donde a pesar de las vicisitudes del pasado y del presente, seguimos disfrutando de ser venezolanos.
Hay que rechazar enérgicamente a quienes pretenden con sus opiniones dañar la imagen de nuestra hermosa y digna patria. Y para ello, es fundamental, vital, rescatar el sentimiento nacional, la identidad nacional. No se trata de la identidad política, sino de la identidad que como país, como sociedad hemos construido durante nuestra historia como nación. Aquellos que pretenden dañar la imagen de nuestro país deben ser declarados personas no gratas de nuestra patria, y exigir respeto a nuestra dignidad nacional. Pero sobre todas las cosas, debemos comprender que no ofenden a un sector o a otro, sino a nuestro país, y como tal debe ser comprendido por todos para que sea defendido por todos.
Se trata de Venezuela. Respeten y hagamos respetar a nuestra patria, nuestra historia, nuestro hoy, nuestro mañana.
PUBLICADO EN EL DIARIO 2001 EL 21 DE ENERO DE 2013