No te quise ver postrado en un ataúd. Llevé a tu pueblo de Carrizal al encuentro contigo, a darte el último adiós el pasado jueves. Pero era seguro, que no iba a verte, no quiero recordarte así. Prefiero recordar tu estampa incólume, fuerte, altivo. Así, como te vi en ese cierre de campaña, lleno de vida, lleno de amor por tu pueblo, ese mismo amor que hoy se desborda por las calles de Caracas. 
Siempre dije que he amado a cuatro hombres en mi vida, a mi padre, mi hermano y mis dos sobrinos. Pero fue inevitable reconocer ese sentimiento que se convierte en lágrimas cada vez que recuerdo que ya no vas a seguir con nosotros en vida, aunque seguirás vivo en ideas, obra y recuerdos.
El pasado martes te nos fuiste Chávez, el Cristo de los pueblos humildes. El dolor y el pesar se fundieron con el aire que se respiraba en los actos a los que nadie pensó ir tan pronto. Se nos fue el Comadante. Hace 21 años que en la escena política irrumpiste como un rayo, cuyo destello retumbó convertido en esperanza,  palabras, en un por ahora. 
El gran legado que dejas en los venezolanos que abrazamos el Proyecto Nacional, es un compromiso ineludible de no fallar, de no claudicar en la profundización de un nuevo Estado, una nueva forma de concebir la política. Y en los que lo adversan, la comprensión que para conquistar las clases populares necesariamente hay que, así sea fingiendo y mintiéndole al pueblo, coquetear con el chavismo, disfrazarse de Chávez. Pero sabes algo Comandante, dificilmente volverán, tu pueblo difícilmente dejaremos que vuelvan.
Será ineludible continuar profundizando el poder popular, la transferencia de más y más poder al pueblo organizado. El compromiso de restearse cada vez más con las bases deberá ser más y más irreductible. Chávez se fue físicamente, pero se quedó en cada uno de nosotros. Ahora Chávez somos todos, y con Chávez todos y sin el nada. 
Te harás inmenso en los anales de la historia, y ni la muerte podrá vencer al Comandante eterno. Nadie pudo vencerte, nadie pudo asumir un liderazgo como el tuyo. Varios hitos te hacen leyenda, te hacen imposible de olvidarte. El primero de ellos, haber sido vencido en el intento de rebelión, pero vencedor políticamente, pues llenaste de esperanza al pueblo venezolano, al cual hasta tu muerte lo correspondiste con compromiso militante. El segundo, vencerle a todo el estatus quo político consolidado durante cuarenta años, y haber sido vencedor indiscutible aquel 6 de diciembre de 1998. El tercero ser devuelto por el pueblo en hombros, luego de un infatuo golpe de estado dado por la derecha. Y toda tu historia, que es la nuestra, fue signada por hitos, por elementos que engrandeceran tu leyenda, Chávez, Comandante.
En tu ida nos dejas tu legado, y el compromiso de seguir siendo como tu, como Chávez, dejando la vida en el cumplimiento de los objetivos históricos. hasta la victoria siempre Comandante! Vivirás y seguirás venciendo!

Publicado por la Región el 10/03/13